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Un Cristianismo Diluido


Steve Harvey. Actor; comediante; millonario. Muchos en Puerto Rico quizás lo conocerán solo por el famoso error que cometió durante el Miss Universe del 2015, en donde Harvey anunció a Miss Colombia como la ganadora, y luego anunció que en realidad había ganado Miss Filipinas. Otros lo conocerán por los diversos memes que usan su imagen. Lo que quizás pocos conocerán de él es que, según él mismo, es un cristiano devoto.


Antes de continuar, quiero aclarar que reconozco perfectamente que no es mi lugar determinar quién es un verdadero cristiano o no. También reconozco que no soy el mejor cristiano del mundo. Por lo tanto, nada de lo que diré a continuación, lo digo desde un trono de superioridad.


Habiendo dicho eso, es importante hablar un poco sobre la fe de Steve Harvey, no porque dice ser cristiano, o porque yo crea que no lo sea, sino porque es una figura pública de mucha influencia. Yo veía el programa de Steve Harvey cuando pequeño. He visto sus espectáculos de comedia, y me encanta la manera en que dirige el programa de Family Feud. Honestamente, siempre me ha gustado su estilo, y millones de personas alrededor del mundo piensan igual.


Una de las cosas que hace que Steve Harvey se destaque es su disposición en hablar sobre su fe, dentro de cualquier ámbito. Seguramente, esto es algo del cual muchos podemos aprender. En su programa de Family Feud, por ejemplo, se sabe que, mientras el programa está en anuncios, Harvey aprovecha ese espacio para hablar con el público, compartiendo mensajes de fe y de motivación. Incluso, al final de cada programa, Harvey abre un espacio para personas que andan buscando consejos, y siempre intenta ayudarlos con unas palabras de aliento y sabiduría.

Todo esto lo menciono para que entiendan el nivel de influencia que alguien como Steve Harvey tiene sobre muchas vidas. Y, es por esta influencia que sus palabras y sus creencias verdaderamente importan. Cuando alguien como Steve Harvey habla, la gente escucha. Por tal razón, las siguientes expresiones son preocupantes.


Hace varias semanas atrás, Steve Harvey publicó un video en su canal de Youtube titulado, “Cómo Steve Harvey Ora.” En el video, el cual ha sido visto por millones de personas, y ha sido recibido de manera positiva, Harvey habla un poco sobre su fe, su familia, y sus creencias. En una parte del video, Harvey hace la siguiente afirmación: “No existe un solo camino hacia el cielo; un solo camino al paraíso. Es como la televisión. Existen sobre 800 canales de cable, y todos son bastante interesantes. Así, que, estoy bastante seguro de que, para llegar al cielo, tiene que existir más de un camino. Porque alguien viendo otro canal que tu, aún así está siendo entretenido, y por lo tanto probablemente aún así, llegará al cielo.”


El propósito del video es contrastar la fe de Steve Harvey, la cual es una inclusiva, con la fe de otras personas, la cual tiende a ser exclusiva, concluyendo con que la fe correcta es la de Harvey, mientras que la fe de otras personas está errada. Esto, de por sí, es una afirmación contradictoria, ya que excluye cualquier creencia contraria, mientras dice ser inclusiva. Pero, el problema real de las palabras de Harvey es que, sencillamente, no tienen ningún fundamente bíblico. Es importante entender que la definición de un cristiano es alguien que cree en Jesús, y sigue Su ejemplo. Esto incluye Su vida y Sus enseñanzas, tal como están descritas en la Biblia. De la misma forma en que yo no puedo decir que soy estadista si no creo ni apoyo a la estadidad, o no puedo decir que soy un doctor si no conozco nada de medicina, yo no puedo decir que soy cristiano si no sigo las enseñanzas de Cristo. Esto no es una afirmación controversial; debería de ser sentido común.


En el caso de Harvey, sin embargo, lo encontramos haciendo una afirmación completamente opuesta a las enseñanzas de Cristo, mientras afirma ser cristiano. Y, si fuera sobre un asunto un poco más ambiguo, o sobre un asunto de menos importancia, no habría tanto problema. Pero, la afirmación de Harvey es completamente opuesta al mensaje central de Cristo, y está relacionado al tema más importante dentro del cristianismo (la salvación).


En Juan 14:6, Jesús nos dice explícitamente que, “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie llega al Padre sino por mí.” Fíjense que Jesús no dice que es un camino, o una verdad, como si hubiera otros caminos o verdades, sino que nos dice que es el camino y la verdad, mostrando la exclusividad de la salvación. Esta verdad es reafirmada en varios pasajes bíblicos, como en Hechos 4:12, en el cual hablando de Jesús nos dice, “De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos.”


La afirmación de Harvey, entonces, no solo es falso, y contrario a las enseñanzas bíblicas y a las mismas palabras de Jesús, sino que pone en riesgo a millones de personas que lo escuchan y le creen. Si yo creo que hay más de una forma de llegar al cielo, no veré la necesidad de creer en Cristo. Pero, si no creo en Cristo, no podré ser salvo. Este es el peligro de las palabras de Steve Harvey, y es por esto que comencé el artículo hablando sobre su influencia; para que entendamos que no se trata de cualquier persona, sino de alguien que tiene el poder para convencer a muchos.


Pero, Steve Harvey no es el problema real; es solo un ejemplo de un problema mucho más serio, el cual llamaré: el problema del sincretismo cristiano.


Para los que no saben, el sincretismo es cuando se unen elementos de diferentes religiones o filosofías de vida en una sola, intentando buscar algún tipo de armonía entre ellas. Uno de los ejemplos más famosos del sincretismo ocurrió en Roma, para el tiempo de Jesús. En este tiempo, toda creencia era tolerada, y era bien común que una persona practicase más de una religión, o creyera en más de un solo dios. Es por esto que la persecución inicial hacia los cristianos no fue de parte de los Romanos, sino de los mismos judíos. Los Romanos no tenían ningún problema con el cristianismo, ya que era solo una creencia más, dentro del montón. El problema con el cristianismo comenzó cuando el mensaje se regó, y los Romanos se dieron cuenta que una de las enseñanzas centrales del cristianismo era que la salvación solo era posible por medio de Jesucristo. Esta exclusividad del mensaje cristiano es lo que recibió oposición, y fue a raíz de esto que los cristianos comenzaron a ser perseguidos por otros grupos, fuera de los judíos.


(Un dato curioso, para los que les interese: los primeros cristianos eran considerados ateos, ya que no creían en los dioses populares del tiempo; solo creían en Jesús).


Podemos ver, entonces, que, desde el inicio, el cristianismo era una religión exclusivista, y esto siempre ha sido un problema. El que se cree que vivimos en un tiempo único en la historia de la humanidad, no conoce su historia. Ha habido muchas sociedades sincretistas y pluralistas en el pasado, y los estados unidos solo sigue el modelo ya establecido por Roma. Pero, el problema real no es que la sociedad, como tal, sea sincretista; el problema es que, en cierto sentido, la iglesia se está volviendo sincretista, también. El ejemplo de Steve Harvey parece ser uno extremo, pero la realidad es que el sincretismo dentro de la iglesia es mucho más común de lo que pensamos.


Por ejemplo, en uno de mis artículos pasados yo cité un estudio que afirma que el 58% de jóvenes cristianos afirman que todas las religiones son igual de válidas. La “tolerancia” y la “aceptación” son la nueva moda, y cualquier mensaje que afirme la exclusividad de la salvación es considerado un mensaje intolerante, o lleno de odio. Por tal razón, no es sorprendente que la mayoría de los mensajes que se predican hoy día no hablan del evangelio, o del pecado, o de la salvación por medio de Jesucristo. La mayoría de las prédicas modernas son meros mensajes motivacionales, los cuales son buenos y necesarios, en ocasiones, pero carecen de identidad cristiana y fundamento bíblico. Cualquier persona puede ofrecer un mensaje motivacional, pero, solo la Palabra de Dios nos ofrece el mensaje de salvación.


Peor, aún, es bastante común, hoy día, escuchar mensajes motivacionales que mezclan ideas cristianas con ideas de otras religiones o filosofías de vida. Hace varios meses leí un post en Facebook, escrito por un ex-alcalde, el cual no nombraré para evitar que parezca ser un ataque político. Este ex-alcalde ha dicho en varias ocasiones que es cristiano (algo muy típico de los políticos del país), y es bien común escucharlo abrir y cerrar sus mensajes con las palabras, “Dios los bendiga.” Sin embargo, en dicho post comparte un pensamiento Hindú, el cual afirma las “Cuatro Leyes de la Espiritualidad,” las cuales puedo resumir en que “todo pasa por alguna razón.”


Que quede claro: yo creo en un Dios soberano, el cual tiene un plan y un propósito para cada uno de nosotros. Pero, la soberanía de Dios no es el equivalente a decir que, por ejemplo, “Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido” (una de las supuestas leyes de la espiritualidad). El post que estoy describiendo parece estar enseñando que no existe tal cosa como los errores. Lo que pasó, tenía que pasar, y todo pasa para enseñarnos alguna lección. Esto se escucha bien bonito, pero no refleja la realidad de la vida. En ocasiones, las cosas pasan por errores nuestros. En ocasiones, personas llegan a nuestras vidas, las cuales no nos conviene. En ocasiones, herimos y somos heridos. El dolor y el sufrimiento no es parte del plan perfecto de Dios, sino que es una consecuencia del pecado y de un mundo caído. Las “Cuatro Leyes de la Espiritualidad” solo buscan hacernos sentir bien, pero lo que terminan haciendo es enseñarnos que no somos culpables de nada de lo que nos sucede, porque todo lo que sucede, por alguna razón misteriosa, tuvo que haber sucedido. Claramente, esto es un mensaje completamente opuesto al mensaje bíblico, y no creo que tengo que explicar el por qué este tipo de post es peligroso, especialmente viniendo de parte de un cristiano.


Lo triste de esto es que este tipo de mensaje sincretista no está limitado a mensajes en Facebook, sino que es bastante común escucharlos predicados desde el púlpito, también. Un pastor una vez me dijo, “Los predicadores de hoy día parecen ser más psicólogos o consejeros, que predicadores.” Yo concuerdo.


Además de los mensajes motivacionales y sincretistas, existen muchos otros ejemplos del sincretismo cristiano, la mayoría de los cuales pasan por desapercibidos. Por ejemplo, la cantidad de personas que tienen en sus carros los “dreamcatchers,” sin saber su significado pagano; los cristianos/as que no tienen problema con usar malas palabras, beber alcohol, o escuchar música que promueve al pecado; la cantidad de canciones “cristianas” que ni tan siquiera mencionan a Dios, o hablan de la Palabra, sino que, de nuevo, solo buscan motivar a las personas a sentirse bien. Todo esto es parte del sincretismo.


Cada día, más y más cristiano/as están dispuesto/as a tolerar, incluso aceptar, ideas contrarias a lo que enseña la Palabra, todo bajo la premisa del amor y la tolerancia. “Si Dios es amor,” dicen, “pues Dios acepta a todos por igual. Por lo tanto, yo debo de aceptar a todas las personas (y sus creencias) por igual, y de esta manera los estoy amando.” Esto es una manera sutil de decir que, si predicas el evangelio, tal como lo enseña la Biblia, no estás siendo tolerante, ni estás amando a las personas.


Pero, te pregunto, si una persona está atrapada en un edificio, el cual se está quemando, y pudiendo salvarla, yo decido seguir mi camino, ¿es esto amor? Claramente, no lo es. De la misma forma, entonces, si el mensaje bíblico es cierto, quiere decir que las personas se están perdiendo en su pecado, y la única forma de salvarlos es por medio de Jesucristo. Si, “por amor,” en vez de corregirlos y llamarlos hacia el arrepentimiento, guardo silencio para no ofender, quizás esté siendo más tolerante, pero definitivamente no los estoy amando. Si sé que el camino por el cual andas te conduce hacia la muerte, y no haga nada para detenerte y mostrarte el camino correcto, no te estoy amando.


Este es el fruto del sincretismo cristiano.


Cuando dejamos de predicar el evangelio, y comenzamos a aceptar otras creencias que no son bíblicas, y que en ocasiones son completamente contrarias a la Palabra, nos hemos convertido en sincretistas. Cuando intentamos promover un evangelio inclusivo, ignorando la exclusividad del mensaje de Cristo, estamos siendo sincretistas. Cuando decimos ser cristianos, pero practicamos cosas (beber, malas palabras, escuchar cierta música, etc.) que no son aprobadas por Dios, estamos siendo sincretistas. Cuando nuestra meta principal no es la salvación del mundo, sino hacer que las personas se sientan bien, estamos siendo sincretistas. Y, no es que el sentirse bien no sea algo importante, pero, no puede ser el único enfoque de la iglesia. Si lo es, hemos dejado de ser iglesia, y nos hemos convertido en una mera institución motivacional, dentro de muchas otras que ofrecen más de lo mismo. Pero, la iglesia no fue llamada a ser otra institución más del montón, sino que fue llamada a ser luz y sal de la tierra. No podemos seguir conformándonos al mundo, entonces, sino que debemos de luchar para que el mundo se conforme a Cristo.

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